Chile mal Educado

Pensamientos que ayuden a crear conciencia

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Nombre: Angélica
Ubicación: Santiago, Chile

Soy una persona que disfruta de la vida en todos sus aspectos. Soy feliz con lo que soy y lo que tengo. Sensible, cariñosa y alegre.

viernes, marzo 03, 2006

La Fila

Yo vivo como un pajarito (dice Iván, mi hermano). Y no deja de tener razón, porque mi mundo gira en torno a mi. No veo noticias, no leo los diarios, no estoy pendiente de mis vecinos, no estoy pendiente de la vida de los que me rodean... oséa, vivo mi vida.

A pesar de todo lo mencionado. Cuando voy por la calle, me fijo en mi alrededor. Veo lo que sucede, miro de reojo quien viene a mi lado.

Llegué a Almacenes París a pagar mi cuota del mes. Había una fila enorme (pero no tan grande como el mes pasado), me dio lata hacer lo del mes pasado haciéndolos "lesos" a todos y pasando directo a la caja. Tengo tiempo, así que haré la fila como todos los mortales. De todas maneras la fila avanza rápido porque hay más de 20 cajas atendiendo.

Mientras avanzaba fui sacando la plata de mi cartera (plata que previamente llevaba separada con el aviso de cada tienda), porque me revienta la gente que espera llegar a la caja y recién ponerse a buscar y a contar las chauchas y más me molestan los que pagan con cheque porque ni siquiera se toman la molestia de llevar el documento previamente escrito, sino que se ponen a llenarlo en plena caja con toda calma, total, el resto que espere. O los que van a cobrar un cheque y lo dejan en la caja y se ponen a buscar la cédula en sus bolsillos, como si no supieran que se los van a pedir obligadamente para que puedan cobrar.

El guardia que oficia de ayudante y lee el letrero donde salen los números rojos que informan cuales cajas están desocupadas no estaba. Así que la gente esperaba darse cuenta por si sola para avanzar. Así estaba yo, impaciente (como siempre), esperando que avanzaran. Pip cinco, pip veinte, pip 7, pip 19. Faltaba poco para llegar a mi turno y los tres de adelante no se daban ni cuenta que la caja cinco hace rato estaba desocupada, así que tuve que tomar el papel del guardia y anunciar en voz alta los número para que los afectados se dieran cuenta. Así pasé rápidamente a la caja a pagar mi cuenta.

Por Dios que hay gente que vive en la luna. Pucha que hay personas que esperan que les digan las cosas para hacerlas.

Hoy fui al Banco Estado. No tenía idea cómo hacer para cerrar mi cuenta de ahorro y sacar el escaso dinero que tenía. Me dirigí al guardia, quien me indicó donde dirigirme. Así llegué a un lugar donde tomé mi número. Había módulos hacia la izquierda mía y había sillas, había un muro (o eran unas anchas columnas que en sus separaciones permitían ver a nuestra espalda. Atrás había otros módulos, continuando los anteriores, del 7 al 11. Me senté y empecé a ver cómo funcionaba la cosa. Había que estar muy atento porque podía tocarte el modulo de frente a ti o el de tu espalda y para ello habría que dar una vuelta a la ancha columna y llegar al otro lado.

También había un tablero que indicaba los números. Bajo él había una hoja tamaño carta con una letra B gigante. Miré mi número... C17. ¡Uf! iban en el 80... me senté, pero observando igualmente... La atención fue rápida y llegaron al C1. Los que llegaron después de mi, pensaban que atendían al B1 así que no entendían nada y sólo los que se atrevían, preguntaban. Había un tipo que se daba vueltas vigilando y no se le ocurría quitar el cartel.

Así estaba observando a una ejecutiva (perdón la expresión pero era una vieja pelotuda), que presionó el número dos... impaciente como yo (no esperó ni cinco segundos) y presionó el 3 y luego el 4 y el 5. Entonces llegaron a ella todos los números juntos y la vieja empezó a decir en voz alta "hay números pendientes". Se puso a atender al 3. En eso las del otro extremo que no escucharon (estaban bien lejos), seguían haciendo avanzar números. Y la vieja seguía "hay pendientes". Ya se acercaba mi número. La señora ejecutiva se desocupó y en vez de atender a uno de los números rezagados. Apretó de nuevo y avanzó otro más (me indignó ver eso... y por eso lo de pelotuda), aún sabiendo lo que ella misma había generado, seguía embarrándola... bueno, me paré y me puse en un lugar donde miraba los dos extremos. Hasta que me tocó el turno.

¿Sería nueva la ejecutiva que no sabía que tenía que esperar un rato antes de llamar otro número? Ah! cuando iban ya en mi número, la ejecutiva que me atendió se levantó y fue a sacar el cartel con la letra B... Y el tipo que puro vigilaba (sin ropa de guardia) ¿no pudo hacerlo él en cuanto vio que comenzó el uno? ¿Cómo es posible que pasemos tan distraídos por donde andamos? ¿Cómo es posible que no se nos ocurra nada? La culpa la tiene la televisión, que entrega todo hecho y las personas ya no razonan, ya no observan, ya no imaginan... pero eso, será cuento de otra historia.

1 Comments:

Blogger CAVA Opinó...

QUE TENGAS UN EXCELENTE FIN DE SEMANA, UN BESO.

03 marzo, 2006 17:17  

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