Cariñitos en la espalda

Ayer venía en el bus, desde Coquimbo. Siempre elegimos los asientos 1, 2, 3 ó 4... sólo esos. El motivo es que como Iván y yo somos largos de piernas, no nos gusta sentarnos y tener que soportar que el viajero de adelante, recline su asiento al máximo sin importarle que su asiento nos quede en las rodillas. Bueno, para no pasar rabias y evitar eso es que elegimos los de adelante.

Pero cada asiento tenía al frente una especie de tablilla, que se corre hacia el asiento de uno y ahí puede colocar las piernas para quedar más cómodo. El caso fue que la persona que iba tras de mí, a cada rato bajaba las piernas del tablero (por llamarlo así) y lo soltaba para que automáticamente quedara en su posición original. Pero no se daba cuenta que con esa acción le pegaba a mi asiento, ocasionando una vibración y un golpe desagradable.

No se si soy yo la vieja jodía, pero esas cosas me molestan mucho. ¿cómo nadie se da cuenta de que molesta al prójimo? ¿creen que si le hubiese dicho esto a esa persona habría entendido y dejado de hacerlo? yo creo que no, porque cada día que pasa estamos rodeados de más gente explosiva (que por cualquier cosa arma una feroz pelea).