Tratando de cambiar el mundo

Y hoy me vine con ganas de escribir. Y vi en las noticias una señora que fue apedreada en la Autopista del Sol y me dije: Hablaré de la gente ociosa que no tiene nada mejor que hacer, que tirar piedras por las pasarelas. Y me molesta tanto la estupidez de la gente y el pensar que los jóvenes y los niños (que son quienes realizan estas barbaridades), no tengan cabeza más que para idear guevadas. En vez de preocuparse de estudiar para cuando rindan la PSU. Y pensé en el puntaje miserable que yo obtuve cuando la rendí... y pensé en la sobrina de un compañero de trabajo que obtuvo un puntaje peor que el mío y me dio rabia con el sistema, porque hoy no importa si el alumno sabe o no sabe, lo importante es que paga una subvención y el hecho de pagarla significa que debe ser aprobado y promovido al curso siguiente, sin importar que no sepa ni leer de corrido en voz alta.

Luego vi también en televisión, como leían los diarios matutinos y estaba ahí en portada, en primera fila la Anita Alvarado, que va a mostrar no se qué guevá en un programa, pero lo importante es que va a salir en pelota en la pantalla, hablando las vulgaridades que habla siempre... y pensé en el público que optará por ver un programa que no dejará ningún aporte, pero que los viejos califas estarán viendo porque muestra las tetas y el poto.

Y también pensé en hablar del metro. Y de que cuando viajo en él (las pocas veces que lo hago), suena a mi espalda, frente a mi, sobre mi cabeza y en cualquier lugar, una voz que me dice que transite por mi derecha, lo que encuentro es una buena medida, para que la gente aprenda de una vez, que tiene que transitar por su derecha... pero me hizo pensar en esas películas futuristas donde una voz distorsionada o falsa (voz de computadora), va diciendo todo lo que las personas deben hacer y no hacer. Y es que el chileno ya no razona, no piensa, no ve, no mira, no observa, no escucha... y quiere que todo se lo den hecho y que le digan todo lo que tiene que hacer, y nos vamos transformando en una sociedad autómata que hace lo que le dicen que haga y que sigue a la masa, una masa ignorante, ciega, sorda y muda. Y si los adultos se han transformado en esto... ¿con qué moral voy a pedirle a un niño que intente razonar? ¿Cómo le hago entender que no pueden lanzar objetos desde las pasarelas porque pueden dañar a las personas? Pareciera que lo hacen sólo porque son resentidos, resentidos con la sociedad y con la vida que les tocó vivir. Uf! Y da para pensar más... para ver qué los motiva a actuar así, para saber qué clase de vida llevan y qué clase de padres tienen. Y se transforma en un circulo vicioso que no tiene principio ni fin. ¿Cómo detener tanta ignorancia? ¿Cómo hacer para que las personas pongan atención a las cosas verdaderamente importantes?